lunes, 10 de noviembre de 2014

LA COOL ERA


                                        RUMBO AL DÍA CERO
                                               Por Arístides Avilés.


No, pues no hay mejor lugar para vivir la Cool Era que en México city chavos…

*La última llamada para el PRD


La verdad es que aquellos militantes de los 80 e izquierdistas que les precedían pareciera que ya no existen, difuminados entre sus raíces partidarias y sus alcances limitados, hoy el PRD vive su peor momento cómo partido político, Carlos Navarrete Ruiz se quedó con la auténtica rifa del tigre, la apuesta es clara o se decide por la profunda depuración de los miembros o le sigue el juego a las tribus y clientelismos. La suma de las imágenes y personajes inaceptables protagonizados por miembros o ahora ex miembros del PRD ya es ominosa, el barco se hunde poco a poco y los desatinos son cada vez mayores urge que haga algo, tomar la palabra a los que trabajan a rajatabla y no haría mal en mandar a checar su mail a más de 100.

*Lección de sentido común  o ¿Cómo identificar lo importante?

No la creo, quemaron un Metrobús, mientras que cientos de miles de personas se manifestaban en 4 horas y media de la cueva del preciso peñafiel hasta la explanada del Zócalo. Quién le podría llorar a un camión o extrañarlo, más que los padres de un ser humano que no aparece, En qué retorcida mente podría ser más relevante la obvia distracción para desacreditar lo más auténtico que ha provocado poco a poco una reacción inusitada, Cuidado, Mucho cuidado, estamos a la vuelta de la esquina de que una torpeza haga nuevas tragedias.
De verdad que no hay peor telenovela, que la producida por el gobierno mexicano, mientras las protestas se extienden por todos los rincones de la República y trascienden las fronteras, se insiste, como dicta la costumbre, en tratar de fabricar y tomarle el pelo a las audiencias de los medios tradicionales en busca de apaciguar, lo que a todas luces, termina por irritar e incentivar aún más el hambre de justicia alimentándose de su auténtica y soberana estupidez. La versión del gobierno es por demás insultante, máxime con la frase de “ya me canse” que espeto Murillo Karam. ¿Ustedes cómo quieren que acabe el circo? Yo lo prefiero sin estos animales.

*¿Nosotros también queremos ser parte de la estadística? O ¿Qué esperamos?

Más de 120 mil muertos producto de un Estado fallido, más de 20 mil desaparecidos producto de la impunidad y la complicidad entre el Estado y el crimen organizado, más de 4,000 feminicidios en este país que ocupa uno de los primeros lugares en índices de violencia sexual contra la mujer, sumándole menores que son víctimas de trata y comercio de órganos, otro de los primeros lugares que ocupa nuestro país en asesinatos de periodistas y la lista sigue y sigue, pero la pregunta es la misma: ¿son los gobernantes los que están mal o somos nosotros los que de plano no reaccionamos hasta que el agua nos llega a la zona de confort? No estaría de más reflexionar sobre ello ya que ningún dictador, régimen militar, monarquía, etc. ha resistido nunca la fuerza del estallido social y su organización, el país que tenemos es el que merecemos por nuestra imperdonable conducta de omisión, desdén e indiferencia hacia los demás y aunque hay molestia y hartazgo no hay organización ni estrategia para neutralizar la situación de fondo, la verdad es que da temor pensar en que es necesario que suceda para que esto cambie de verdad.

*Para desviar la atención

La noche del sábado 8 derivó de la protesta pacífica a la nota de un acto absurdo frente a Palacio Nacional, protagonizado por personajes disímbolos pagados por el Estado y disfrazados de anarquistas, que buscan dar el espectáculo que les agrada a los medios. No hay puerta ni transporte alguno que valga la vida de ningún joven estudiante, pero tampoco vale nada hacer esto para desprestigiar el reclamo legítimo de la justicia que todos merecemos.
Exhortó a demostrar que la organización y la sociedad que esta “hasta la madre”, tiene mejores armas y argumentos que el fuego, el aerosol, las vallas metálicas, los petardos y los insultos que son baluartes momentáneos de la insignificancia y la tozudez de no entender que la acción coordinada es la que produce resultados, puesto que la violencia injustificada nunca es la vía para solucionar nada, no devuelve a los desaparecidos, ni el rostro de un hijo desollado por miserables.

 
¿Qué haríamos de tener a Peña Nieto enfrente? ¿Lo matábamos a golpes, lo escupimos, lo desollamos también? ¿En qué nos convierte eso? ¿Es justicia o venganza? Y si es lo segundo ¿A quién satisface? ¿Ahí se acaba el problema y se soluciona todo? ¿Qué falso e inocuo parece todo no?

Sean todos bienvenidos a la diversión de la Cool Era.

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